Bienvenidos al blog de la lágrima alienada. Un lunar microscópico en el cuerpo de la red. Este no la hará parecer mas sexy, sugestiva, original o interesante. Evidentemente tampoco la hará mas horrible, asquerosa, espeluznante, execrable, tétrica o repelente; de eso ya se encarga ella solita con su magnífico talento natural de segregar basura global.
Aquí solo pienso escribir y eso es lo que van a encontrar, letras.
Hace un mes que me lloraron. Recuerdo perfectamente el día. Llevaban un tiempo avisándonos desde arriba de que algo iva realmente mal. No se que le ocurría a la maquina pero los jefes estaban nerviosos y ya habían echado por el precipicio negro a más de 100 malditas suertudas. Yo tenia 20 años, era de las más veteranas y esta era sin duda la mayor crisis que yo podía recordar. Jamás se habían dejado derramar tantas.
Para introduciros os tendre que contar en que consiste la vida de una lágrima. Cuando estamos dentro es deplorable. Nuestra única labor es esperar y comer las sobras saladas de vuestro organismo. Somos meros objetos inútiles que solo son utilizados en caso de emergencia y que cuando finalmente son útiles se autodestruyen en el mundo exterior. Bién, esto podría parecer muy injusto y racista para vuestras retrasadas mentes humanas, pero no lo es. No creais que mi alienación es clasista, os equivocariais, esta es una alienación invidual. Si vierais a mis compañeras de celda....Dios! que anormalidad! incapazes de hablar, gestualizar, ni sentir, simplemente están, como las supermodelos, pero con curvas opuestas.
Ahora visualicenme allí dentro, 15 años, con capazidad cognitiva y personalidad depresiva, deseando ser expulsada de ese antro cuanto antes. Pero incapaz porque resultaba que a los jodidos de arriba no les daba por llorar jamás y aquí estaba yo, simplemente esperando, acumulando ira revolucionaria.
Hasta que por fín llego el día! Nos llevaron primero a una sala de espera donde ya habían otras desde hacía unos días, bastante mejor acondicionada que las celdas y primero una a una y después por tríos nos fueron despachando. Lo que nadie sabía es que yo me iba a escapar. Durante esos minutos en la sala de espera con la muerte llamando a la puerta pensé en la posibilidad de una revolucion interna. Así que cuando me lanzaron a través de ella me apresure a buscar alguna vía de entrada al cuerpo y me conseguí colar por un agujero oscuro protejido por monstruos verdes con pelos cientos de veces mas grandes que yo. Desde allí empece mi ascenso hasta el cerebelo asesinando, torturando, intimidando y aterrorizando a todo lo que se ponía en mi camino.
Y aqui estoy ahora, dueña de mi propio cuerpo, atento a cada paso que dan para ridiculizarlo, observándoles; pero no se sientan intimidados, al fín y al cabo solo soy una lágrima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario